miércoles, 28 de mayo de 2008

Pollo supremo

Ganó el Pollo el poker del viernes y esto sí que es noticia. ¿Para tanto? Yo también dudaba de la magnitud de semejante acontecimiento, pero me convencí cuando, luego de realizar una exhaustiva búsqueda en el interminable archivo (?) que tengo en casa, comprobé que su último triunfo databa de la prehistoria. No sólo no existía la Internet, si no que ni siquiera había llegado el color a los medios de comunicación. Bueno, si, exagero... pero el Pollo es al poker lo que Huracán o el Atlético de Madrid son al fútbol. Es decir, los nostálgicos lo consideran grande por alguna que otra epopeya del pasado o por tener como clásico a un grande de verdad, pero entre campeonato y campeonato ganado pasa más tiempo que mandato de Grondona en la AFA.



(El Pollo con la V de victoria, adelántandose al triunfo. Por el bien del Poker, que no aparezca Ducantenzeiler en un par de años a decir que el torneo estaba arreglado como el Apertura 2002)



De todas formas, bien por el Pollo que se sobrepuso de una escalera al 5 que le quitó más de 60 fichas y logró coronarse en una inédita final de 3 competidores.



Pero vayamos por partes. Apenas 6 jugadores se acreditaron en el evento que también conmemoraba el vigésimo cuarto aniversario de turquito. Y hablando de Matur, se nota que el cumpleaños le cambio la vida. Porque hasta el viernes pasado era un joven inexperto de 23 años, que acumulaba fracaso tras fracaso en esa lucha sin cuartel por llevar a las cartas sus conocimientos matemáticos, sin temple, con errores básicos y que en más de una oportunidad había estado a punto de abandonar la actividad. En cambio, ahora... ahora tiene 24 (?). En cancha chica, o sea, con pocos jugadores como le gusta a él demostró que si hay algo que le sobra es regularidad: es tan malo en una como en la otra.

Destacable lo de Braca también, que siempre acostumbra finalizar en el noveno o décimo lugar. Claro, esta vez éramos 6 nomás, pero de todas formas ganó un par de manos fuertes con ese estilo heterodoxo, que al resto nos hace dudar seriamente si cuando apuesta millonadas en manos netamente desfavorables o se retira con un par de ases sin haber visto el flop, es porque está 20 años adelantado al resto y ve algo que nosotros no o es que hay una materia de la carrera "Poker" que tiene pendiente en diciembre. Al menos reconozcámosle la magia: ni el mago Emmanuel (?) puede hacer desaparecer semejante pilón de fichas que tenía en su haber en solo dos manos. Lo bueno: tomo mientras jugaba y por eso se pudo ir feliz.



En la nota pasada hablamos del comienzo de la decadencia de Rafa (dicho sea de paso el gigante metió un WO tan grande como la camisa de Indiana Jones que luce habitualmente, aunque algunos afirman que el verdadero motivo es que está cuidando las manos para el venidero Grand Slam). Ahora creo la campana que determina el final del cuarto de hora le está comenzando a sonar al mayor de los Repetto. Mucho blabla, pero ya van dos torneos seguidos que ni arrima el bochín, este último con el papelón del triple reengache. A diferencia del viernes anterior, al menos no perdió una mano increible y se fue llorisqueando: directamente en ningún momento estuvo cerca de ganar. Lo positivo: sus constantes pedidos de fichas engrosaron un pozo que venía magro de nacimiento.


(la desazón (?) de los perdedores)

Finalmente llegamos a la final, que fue a la "vieja usanza(?)" , es decir de 3 jugadores. ¿Por algún motivo en especial? ¿Es otra de las matufias de Julio Humberto Repetto? No, a la causa principal hay que encontrarla en el clima festivo (por no decir que era directamente un quilombo) que se vivía un par de mtros más atrás de la mesa, que contagió a los finalistas para que terminaran jugando un all in encarnizado, donde prevaleció el líder. El Pollo debe haber pensado, "Si Brasil en el ´70 jugó con 4 jugadores números 10 y salió campeón del mundo, yo entonces juego un all in con dos 10 y me llevo el torneo". Agradecele a Zagallo (?), Pollo.

Conclusión: Mojó el menor de los Repetto después de tanto tiempo que ya muchos lo consideraban virgen (?), Pablo volvió a demostrar que es un experto en eso de hacerse el boludo con pocas fichas pero igual sumar para la liga, y que el quilombo y el poker no son buenos compañeros.

Frase de la noche: "No me alcanzan las manos de una mano para contar mis títulos (???)". Juampi.

Enseñanza táctica para el fútbol: Dos engaches no dan buen resultado, pero dos 10, sí. Que lo digna los hermanos, si no.
Lamentablemente, el festejo del ganador se tornó desmedido y varios espectadores no se bancaron el desahogo del goleador. Resultado: violencia verbal (a continuación las imágenes) que por suerte no pasó a mayores.


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